Bailar con tu pareja es una de las actividades que ayudan a fortalecer la relación. Está científicamente probado y así lo recomienda cualquier psicologo pareja. Toda excusa es buena para mover el esqueleto, mantenernos en forma y relacionarnos con otras personas, pero bailar salsa parece que es de las mejores. Al menos, el interés que despierta entre públicos varios así lo testimonia, y mucho mejor si tu pareja de baile es, precisamente, tu pareja.
Quien más quien menos, todos conocemos algún “enganchado” a mover las caderas siguiendo los compases más caribeños y nos hemos preguntado cuál es el secreto adictivo que hay detrás. Será por la sensualidad de sus movimientos o porque, a diferencia de otro bailes de salón, es más espontáneo y libre? Sea como fuere, lo que está claro es que hay pocas salas de baile latinas o escuelas de danza donde la salsa no tenga un protagonismo destacado. Por eso, es habitual que mucha gente no especialmente animada se haya aficionado, optando por una fórmula divertida y muy social de hacer ejercicio.